Eduardo G. Montalbán

Sobre el autor

Eduardo Montalbán es un autor contemporáneo que explora las emociones humanas a través de su poesía.

Sus versos invitan a la reflexión y al descubrimiento personal.

Último libro

Último libro de la trilogía
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Libros

Lágrimas calladas

A veces, lo que no dice una lágrima, una sonrisa, un gesto, lo puede expresar la poesía.

LÁGRIMAS CALLADAS

No sé por qué te escondes
en esa triste mirada,
en esos ojos heridos
llenos de melancolía,
en el tenue pestañeo
que acaricia tus pupilas.

No sé por qué te escondes
en esos labios de seda,
en la inefable armonía
de tus silentes palabras,
en la calma que desprende
el rubor de tu sonrisa.

Solo sé que en lo más hondo,
donde tu alma solloza,
brotan lágrimas calladas
que hieren tu corazón.

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Cuando la tarde sea noche

El amor, el desamor, la melancolía, lo transcendente de nuestra existencia, son la tinta y la pluma que dan forma a este poemario.

CUANDO LA TARDE SEA NOCHE

Cuando la vida se convierta en silencio
y los recuerdos se marchiten en la nada,
nuestros suspiros sean brisa, sean viento
y las palabras sean luces eclipsadas.

Cuando las noches se hagan dueñas de las horas
y los minutos sean sueños pasajeros,
cuando los días busquen luces en las sombras,
porque las sombras se hagan dueñas del momento.

Recorreremos el camino, sin temores
y nuestros pasos serán ríos que se abrazan,
esperaremos que la tarde sea noche
y que la noche quizá tenga un mañana.

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Maraña de silencios

Maraña de Silencios

Un viaje introspectivo y metafórico, por esa maraña de silencios que va envolviendo
nuestro proceso vital, a veces como adorno, a veces como evidencia.

MARAÑA DE SILENCIOS

Un cielo adormilado de tez ensangrentada
recorre lentamente las huellas que dejamos.
La noche se hace eterna, espesa como el lodo;
maraña de silencios que hablan sin descanso.
Olvido aquella tarde que pronto se hizo noche,
sus lágrimas calladas sonríen muy despacio.

Un viento impetuoso con aires de mañana
inunda de colores las sombras de mi ocaso.
El día pasa raudo, veloz como un suspiro;
enredo de sonidos que callan con descaro.
Olvido la mañana que pronto se hizo tarde
vagando eternamente, muriendo entre mi manos.

El cielo no perece, renace en sus cenizas,
resurge entre las nubes con ojos enlutados.
Se esconde atormentado, herido de grandeza,
perdido entre las burlas que suenan como halagos.
Despierta cada día rasgando sus silencios,
se oculta tras la noche borrado de un plumazo.

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